Por: Domingo Rodríguez
Jn. 1:1 “En el principio era el Verbo,
y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.”
El apóstol Juan empieza su
Evangelio con una declaración muy poderosa, comienza hablando de Dios y el
Verbo (G3056 /Logos /La Palabra). Es decir, de la expresión misma de los
pensamientos de Dios que existía desde la Eternidad (principio / G746 / arche / Principado /
Primera Causa). Juan nos traslada al principio de todo, más allá del
pensamiento humano. Pero aquí él no dice ni explica quién o qué es el Verbo. De
los versículos 2 al 13 del cap.1, Juan establece una introducción de la
necesidad del Verbo y quien daría testimonio de Él.
Luego
Juan pasa a explicar que ese Verbo es una Persona y que ha tomado la forma
humana: Jn. 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y
habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre),
lleno de gracia y de verdad”. Dios, que en el Antiguo Testamento había
hablado por medio de los profetas (Heb. 1:1-2…habiendo hablado muchas veces y
de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…en estos
postreros días nos ha hablado por el Hijo…”), ahora decide encarnar en
forma humana Su Verbo, Sus Pensamientos y Su misma Expresión. Es el Verbo (La
Palabra) en forma humana quien ahora daría a conocer a Dios (Jn.1:17-18), sin
necesidad de un intermediario. Es decir, que en el Verbo encarnado, Dios se
estaba dando a conocer a Él mismo y Su Mensaje.
En
el Antiguo Testamento leemos expresiones como esta: Eze.
30:1 “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:” Aquí palabra
es el término Hebreo dabár(H1697 /
Palabra), que es la misma que se
translitera al Griego en Juan 1:1, λογος/Logos/La Palabra. Que, como hemos señalado, es la
expresión misma del Pensamiento de Dios. Esa misma expresión, dabár, la podemos
encontrar en los textos de Jeremías 1:4, Ezequiel 28:1, Zacarías 6:9, Gn.15:1.
Nm.3:16, N.13:3, etc. Donde Dios enviaba Su Palabra (dabár/Verbo) a determinadas
personas (Heb.1:1) para que comunicaran cuales eran sus pensamientos. El espíritu
(pneuma/G4151) con el que hablaban los profetas era el testimonio de
Jesucristo, el Verbo de Dios (Ap.19:10).
La
Palabra Creadora de Dios ahora estaba en un cuerpo humano: Jn. 1:3-4(TLA) “Todo fue creado por la
Palabra, y sin la Palabra nada se hizo. De la Palabra nace la vida, y la
Palabra, que es la vida, es también nuestra luz”; la Palabra por medio del
cual Dios creó todo: Col 1:16 “Porque
en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay
en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él.”; Sal 33:6 “Por la Palabra de Jehová fueron
hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca”; y
que vimos Su operación al Principio (Gn.1-2). De modo que por medio de la fe entendemos que todo ha sido hecho
por medio de La Palabra de Dios (Heb.11:3).
Así mismo, en Isa. 55:11 la Palabra dice: “Así será mi Palabra (dabár) que sale de mi boca; no volverá a
mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que
la envié”.
Al leer este texto de Isaías con el
entendimiento de qué significa o quién es la Palabra de Dios, nos trasladamos a
la Obra y Ministerio de nuestro Señor Jesús. Quien ciertamente hizo la Voluntad
del Padre (Jn.4:34) y fue prosperado,
quien al ver el fruto de Su aflicción (Is.53:11) se regocijó. Él es el Camino,
y la Verdad y la Vida (Jn.14:6) que nos puede conducir al Padre. Pero que también es la Luz del mundo que nos
alumbra para que ya no andemos en tinieblas (Jn.8:12). Es aquel Verbo hecho carne que en Su oración
sacerdotal dijo: Jn. 17:17 “Santifícalos en tu Verdad; tu Palabra
(Logos) es Verdad.” Este
texto es tremendo y revelador, porque está en singular; dejando entender que se
trata de una Persona. Es decir, que Jesús, que es la Verdad y también el Verbo,
y solo Él nos puede santificar.
Del mismo modo, la Escritura en Sal. 119:160 señala lo siguiente: “La
suma de tu Palabra es Verdad…”; la palabra “suma” aquí es el vocablo hebreo rosh(H7218) que puede traducirse Unidad del todo y la suma total. Tomando el vocablo dabár que también se utiliza en este
texto, que se translitera Logos al griego, lo podemos entender de la siguiente
manera: “La suma total del dabár/Logos
de Dios es Verdad”. Y si la Verdad es el Verbo y el Verbo es Jesús,
entonces, Toda la Palabra (la Biblia), Antiguo y Nuevo Testamento, es una
Unidad Compuesta y que no se puede dividir. Ya que es el Pensamiento y
Expresión misma de Dios, que se hizo Carne en el Hijo.
En resumen, Jesús es el deseo,
anhelo, pensamiento y expresión de Dios; el mayor acto de Amor que se pueda
conocer. Esa Palabra que es Vida y que Creó todas las cosas y la sustenta, se
encarnó para venir a vivir con la humanidad. Tomando forma de hombre para
Redimirlo del pecado. Ciertamente grande es el misterio de la piedad, en el que
Dios mismo se hace hombre (1Tim.3:16).
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