jueves, 19 de febrero de 2015

Probando que Dios existe: Argumentos Basados en la Improbabilidad de que Exista un Universo donde haya vida

Por: Carlos E. Rodríguez / Colaborador laplumadelescriba


¡Dios nos bendiga más!

   Hoy estamos ante la ultima parte de nuestra serie de 3 sobre los argumentos que apuntan y hacen más probable que Dios exista, a que no. Muchas veces, cuando el ateo lee que algo es probable, viene a su mente la idea de que como no es certeza absoluta, no es válido y no hay que creerlo. El problema con esta idea es que cree que el conocimiento requiere certeza, algo totalmente falso, pues tenemos certeza de casi nada. No tenemos certeza de que somos cerebros en una cubeta manipulados por un científico loco que nos hace creer que todo esto es verdad, pero aun así creemos que esto no es verdad. No tenemos certeza de que nuestros sentidos son confiables para describir el mundo real, pero no dudamos de ellos, aunque no tengamos certeza. Esto solo puede demostrar que es ilógico exigir certeza solo en una parte y no en todo lo que aceptamos sin tener certeza sobre ello. Además, cuando decimos que es más probable que Dios exista a que no, decimos que un sin número de hechos necesitan su existencia para ser explicados mejor, por donde inferimos que debe existir un Dios trascendente.

   Esta tercera parte mostrara como la existencia improbable de un universo en donde podamos existir, muestra que solo un Dios trascendente es la mejor explicación para que este exista, dado su alta improbabilidad. También, usare la versión del argumento de Hume en contra de los milagros, para argumentar en contra del origen naturalista de la vida, en lo que he llamado “argumento humeniano en contra del origen naturalista de la vida”.

Argumento Teleológico

   El argumento teleológico a favor de la existencia de Dios mostrado aquí, no es la antigua versión de Paley, sino una versión basada en el ajuste fino que muestra el universo en que vivimos. Cabe destacar que este argumento posee sus premisas neutras teológicamente, pues no busca a Dios como premisa del argumento, sino que infiere a partir del ajuste fino de las constantes del universo, que dado la alta improbabilidad de que este exista, y ciertas constantes no normales que solo tienen explicación si son insertadas por un creador, el diseñador debe de ser real y es explicación más plausible a estos hechos. ¿Qué hechos son los que hacen que pensemos de esta manera? Bueno,  las leyes físicas de la naturaleza son evidencia de ello. Cuando se les da expresión matemática a estas leyes, contienen diversas constantes (como la constante gravitacional) cuyos valores no están determinados por las leyes mismas; un universo gobernado por dichas leyes podría ser caracterizado por cualquiera de una amplia variedad de valores de éstas mismas constantes. Tomemos, por ejemplo, una ley tan simple como la ley de gravedad de Newton F = Gm1m2 / r2. De acuerdo con esta ley, la fuerza gravitacional F entre dos objetos depende no sólo de sus masas respectivas m1 y m2 y de la distancia entre ellos r, sino también en una determinada cantidad G la cual es una constante independiente de las masas y la distancia. La ley no determina en realidad qué valor tiene G. Además de  estas constantes, por otra parte, hay ciertas cantidades arbitrarias físicas, tales como el nivel de entropía, que son puestas simplemente en el universo como condiciones de límite en el que las leyes de la naturaleza operan.

   El mundo está condicionado principalmente por los valores de las constantes fundamentales α (la constante de estructura fina, o interacción electromagnética), αG (gravitación), αw (la fuerza débil), αs (la fuerza fuerte), y mn/me (la relación entre la masa de un protón y la masa de un electrón). Cuando alguien asigna diferentes valores a estas constantes o fuerzas, se descubre que la proporción de universos observables, es decir, los universos capaces de albergar vida inteligente, es asombrosamente pequeña. Sólo una ligera variación en algunos de estos valores haría la vida imposible. Por ejemplo, según el físico P. C. W. Davies, cambios en cualquiera αG o αw de tan sólo una parte en 10100 habría impedido un universo que permitiera la vida. En la investigación de las condiciones iniciales del Big Bang, uno también se enfrenta a dos parámetros arbitrarios que rigen la expansión del universo: Ω0, relacionado con la densidad del universo, y H0, en relación a la velocidad de la expansión. Observaciones indican que a 10-43 segundos después del Big Bang el universo se estaba expandiendo a una tasa increíblemente especial de velocidad con una densidad total cercana al valor crítico en el límite entre colapsar y la expansión eterna. Stephen Hawking estima que una disminución en el ritmo de expansión de hasta una parte en cien mil millones de millones de un segundo después del Big Bang habría dado lugar al colapso del universo hace mucho tiempo, un aumento similar habría impedido la condensación de las galaxias por la materia expandida. En el tiempo de Planck, 10-43 segundos después del Big Bang, la densidad del universo debe, aparentemente, haber estado dentro de aproximadamente una parte en 1060 de la densidad crítica en la cual el espacio es plano. La mayoría de los teóricos hoy en día piensan que este, llamado, problema de la planitud ha sido adecuadamente explicado por una temprana era inflacionaria en la historia del universo. Como hemos visto, según la teoría inflacionaria, la densidad energética del estado de falso vacío primordial abrumaba incluso la intensa atracción gravitatoria generada por la densidad extremadamente alta, de la materia del universo primitivo, causando una expansión súper-rápida o inflacionaria, durante la cual el universo creció de proporciones atómicas a un tamaño más grande que el universo observable en una fracción de un microsegundo. Debido a que el universo se ha inflado a tales enormes dimensiones, el espacio parece ser plano, tal como la superficie de la Tierra parece plana a sus moradores, de la superficie, diminutos. Pero la inflación no hace más que levantar un nuevo problema: el ajuste fino de la constante cosmológica Λ que impulsa la inflación y es responsable de la aceleración, recientemente descubierta, de la expansión del universo. La constante cosmológica está inexplicablemente ajustada a alrededor de una parte en 10120. La cosmología clásica sirve para resaltar otro parámetro, S, la entropía por barión en el universo. La estructura del Big Bang debe haber sido muy limitada con el fin de que la termodinámica como la conocemos, debería haber surgido.

   El físico Roger Penrose de Oxford calcula que la probabilidad de que la condición especial de baja entropía pudiera haber surgido meramente por casualidad en la ausencia de cualquier principio de restricción es por lo menos tan pequeña como una parte en 1010 (123) a fin de que nuestro universo exista.

   Esto no puede resolverse diciendo que con otros valores para estas constantes, habría otro tipo de universo con otro tipo de vida. Esto muestra cuanto se desconoce del tema. Por "vida" los científicos hablan de esa propiedad de los organismos a tomar alimentos, extraer energía de ellos, crecer, adaptarse a su entorno, y reproducirse. El punto es, que a fin de que el universo pueda permitir la vida así definida, cualquiera que sea la forma que los organismos pudieran tomar, las constantes y las cantidades tienen que ser incomprensiblemente afinadas. Ante la falta de ajuste fino, ni siquiera la materia atómica o la química existirían, ¡por no hablar de planetas donde la vida podría evolucionar! Universos que pueden permitir la vida, con las mismas ecuaciones pero con valores diferentes para las constantes, son altamente improbables, y esto es lo que busca decir el argumento.

   Este argumento no se basa en una analogía, como se ha pretendido presentar, sino en la inferencia a la mejor explicación. De esta manera, presentamos el argumento:

1) El ajuste fino del universo se debe ya sea a necesidad física, el azar o el diseño.
2) No se debe a la necesidad física o al azar.
3) Por lo tanto, es debido al diseño.

   La premisa 1 no la discutiremos, pues hemos visto parte de lo que hace a los cosmólogos afirmar un ajuste fino del universo. En cambio, veremos las otras 2 opciones, y veremos su plausibilidad. Cabe destacar que en la premisa 1 solo se incluyen estas 3 opciones para explicar este ajuste fino por ser las únicas y más usadas. Pero, si alguien conoce otra, bien puede añadirla.

Necesidad física

   Esta propuesta para explicar las constantes que hacen posible la vida, y están finamente ajustadas, pretender decir que estas existen por necesidad física, es decir, no habría forma de concebir un universo sin estas constantes, tal como lo vemos. El error fundamental con este tipo de razonamiento, es que es ilógico, pues es claramente evidente que podemos imaginar un universo diferente a este. Además, ahora sabemos que si la materia primordial y la antimateria se hubiesen proporcionado diferente, si el universo se hubiese expandido un poco más lentamente, si la entropía del universo fuera marginalmente mayor, cualquiera de estos ajustes y más, habría impedido un universo de que permitiese vida, sin embargo, todo parece perfectamente y físicamente posible. La persona que sostiene que el universo debe permitir la vida está tomando una línea radical que requiere pruebas fuertes. Pero no hay ninguna; esta alternativa es simplemente planteada como mera posibilidad.

   Todo esto se ha dicho con respecto a las constantes solamente, todavía no hay nada que explique las cantidades arbitrarias insertadas como condiciones de frontera. Davies (The Mind of God (New York: Simon & Schuster, 1992), 169.) comenta:

“Incluso si las leyes de la física fueran únicas, no se sigue que el propio universo físico es único. ... Las leyes de la física deben ser aumentadas por las condiciones iniciales cósmicas... No hay nada remotamente en las ideas presentes acerca de las "leyes de condiciones iniciales" para sugerir que su consistencia con las leyes de la física implicaría singularidad. Lejos de ello... Parece, entonces, que el universo físico no tiene que ser como es: que podría haber sido de otra manera”.

   La condición extraordinaria de baja entropía del universo temprano sería un buen ejemplo de una cantidad arbitraria que parece haber sido insertada en la creación como una condición inicial. No hay ninguna razón para pensar que mostrando cada constante y cantidad siendo físicamente necesaria sea algo más que una quimera.

El azar

   Argumentar que el azar puede dar cuentas de este hecho cosmológico, muestra lo mucho que se desconoce el problema. Se trata de hacer ver que el azar si puede explicar esto con el ejemplo de la lotería, pues es inevitable que en una tómbola de bolas de lotería, se tenga que tomar una. Ahora, el problema con este mal ejemplo es que ignora el hecho de que no es lo que se busca decir con el ajuste fino. La representación exacta del ajuste fino seria con una analogía en donde tomes las mismas bolas de lotería y las introduzcas en una tómbola, pero estas son todas de color negro, y ahora introduces una bola de color blanco: ¿Qué probabilidades hay de que de todas estas bolas no solo tomes una, sino la única blanca? Este ejemplo si ilustra la alta improbabilidad de que nuestro universo sea uno que por causas del azar, posea las condiciones necesarias para permitir la vida que ahora hay en él.

   Sea propuesto una hipótesis conocida como el principio entrópico, en donde se dice que podemos ver estas características en el universo, porque es justamente el universo que veríamos si este permite la vida. Pero esto es tan ridículo como decir que en un campo de tiro, se coloque a un hombre que va a ser fusilado por 50 tiradores expertos, y que después de todos disparar, este quede vivo porque si. ¡Es algo bien absurdo! Debe haber una explicación de por qué 50 tiradores expertos fallaron, no que quedo vivo porque es la situación que esperaría si quedara vivo. Esto no explica porque fallaron.

   Otra hipótesis que se propone es la de los multiversos. A parte de no tener ninguna evidencia empírica, el multiverso en vez de resolver el asunto lo empeora.

   Cuando se habla de que somos un universo de solo una infinidad de universos, se usa como hipótesis para decir que nuestro universo existe de esta manera, debido a que nos toco vivir en uno de entre los miles que existen.

   Como hemos visto, Roger Penrose calcula que las probabilidades de que nuestro universo obtenga condición de baja entropía por azar solamente son del orden de 1:1010 (123), un número inconcebible. Si nuestro universo fuera, no más que uno de los miembros de una colección de mundos ordenados al azar, entonces es mucho más probable que deberíamos estar observando un mucho universo más pequeño (The Road to Reality (New York: Alfred A. Knopf, 2005), 762–65.). Adoptar la hipótesis de los Mundos Múltiples para explicar el ajuste fino sería por lo tanto dar lugar a un ilusionismo: es mucho más probable que todos nuestros cálculos de edad astronómicos, geológicos y biológicos están equivocados y que la aparición de nuestro universo grande y antiguo es una ilusión masiva (sin los temidos cerebros de Boltzmann, que consisten en que es muchísimo más probable que deberíamos estar observando una región mucho más pequeña de desequilibrio de la que vemos). O bien, si nuestro universo es sólo uno de los miembros de un Conjunto Mundial, entonces debemos estar observando acontecimientos muy extraordinarios, como caballos apareciendo dentro y fuera de la existencia mediante colisiones aleatorias o máquinas en movimiento perpetuo, ya que estos son mucho más probables que todas las constantes y cantidades cayendo por casualidad en el rango virtualmente infinitesimal donde la vida es permisible. Universos observables como esos son mucho más abundantes en el conjunto de universos que mundos como el nuestro y, por lo tanto, debe ser observado por nosotros si el universo no fuese más que uno de los miembros de un conjunto de mundos. Ya que no tenemos tales observaciones, ese hecho desconfirma firmemente la hipótesis del multiverso.

   Al tener estos problemas, descartamos que el azar y la necesidad física puedan explicar el ajuste fino del universo, quedándonos así con la hipótesis del diseño, que el universo fue diseñado para tener estas condiciones altamente improbables.

   Ahora, el único ataque a esta hipótesis, viene de Dawkins, en su libro The God Delusion (New York: Houghton Mifflin, 2006), paginas 157–158. Dawkins dice:

1) Uno de los mayores desafíos para el intelecto humano ha sido explicar cómo surge la compleja e improbable apariencia de diseño en el universo.
2) La tentación natural es atribuir la apariencia de diseño al diseño real en sí mismo.
3) La tentación es falsa porque la hipótesis del diseñador plantea de inmediato el problema más grande de quien diseñó al diseñador.
4) La explicación más ingeniosa y poderosa es la evolución darwiniana por selección natural.
5) No tenemos una explicación equivalente para la física.
6) No debemos renunciar a la esperanza de que una mejor explicación surja en la física, algo tan poderoso como lo es el darwinismo para la biología.
7) Por lo tanto, es casi seguro que Dios no existe.   

   Es penoso ver que este argumento se presenta como objeción para la hipótesis del diseño. Lo primero es que este argumento posee varias premisas falsas, además de que comete la falacia lógica de un non sequitur. La conclusión “Dios no existe” no se sigue de las premisas. Lo segundo es que Dawkins cree que el diseñador debe tener un diseñador, lo cual es un error. A fin de reconocer una explicación como la mejor, uno no necesita tener una explicación de la explicación. Este es un punto elemental concerniente a la inferencia a la mejor explicación como es entendido en la filosofía de la ciencia. Si arqueólogos excavando en la tierra descubrieran cosas que pareciesen puntas de flecha, hachas y restos de cerámica, estarían justificados en inferir que estos artefactos no son el resultado casual de la sedimentación y de la metamorfosis, sino los productos de algún grupo indeterminado de personas, a pesar de que no tuviesen ninguna explicación de quiénes eran esas personas o de dónde llegaron. Del mismo modo, si astronautas se topasen con una pila de máquinas en la parte posterior de la luna, ellos estarían justificados en inferir que eso fue producto de agentes inteligentes, aunque no tuviesen la menor idea de quiénes eran esos agentes o cómo llegaron allí. Para reconocer una explicación como la mejor, uno no necesita ser capaz de explicar la explicación. De hecho, requerirlo daría lugar a una regresión infinita de explicaciones, por lo que nada podría ser explicado y ¡la ciencia sería destruida! Así que en el caso que nos ocupa, con el fin de reconocer que el diseño inteligente es la mejor explicación para la apariencia de diseño en el universo, uno no tiene que ser capaz de explicar al Diseñador.

   Otro problema es que Dawkins piensa que en el caso de un Diseñador divino del universo, el diseñador es tan complejo como lo que se pretende explicar, por lo que no se hace ningún avance explicativo. Esta objeción plantea todo tipo de preguntas sobre el papel desempeñado por la simplicidad en la evaluación de explicaciones competentes, por ejemplo, cómo la simplicidad debe considerarse en comparación con otros criterios, como el poder explicativo, el alcance explicativo, y así sucesivamente. Pero dejemos de lado estas cuestiones. El error fundamental de Dawkins está en su suposición de que un Diseñador divino es una entidad comparable en complejidad al universo. Como una mente sin cuerpo, Dios es una entidad muy simple. Como una entidad no física, una mente no está compuesta de partes, y sus propiedades más destacadas, como la auto-conciencia, la racionalidad y la volición, son esenciales a la misma. En contraste con el universo contingente y variado, con todas sus inexplicables constantes y cantidades, una mente divina es sorprendentemente simple. Sin duda, tal mente puede tener ideas complejas—puede pensar, por ejemplo, en el cálculo infinitesimal, pero la mente misma es una entidad extraordinariamente simple. Dawkins ha confundido, evidentemente, las ideas de una mente, que pueden, de hecho, ser complejas, con la mente en sí, que es una entidad increíblemente simple. Por lo tanto, postular una mente divina detrás del universo definitivamente representa un avance en la simplicidad, por si sirve de algo.

   Como último problema, Dawkins no sabe que es imposible una regresión infinita de causas, y por lo tanto debe existir una causa incausada. En ese mismo orden, debe existir un diseñador que no tenga quien lo diseño.

   Todo esto es evidencia de que el universo tiene un diseñador, pero esto lo inferimos como mejor explicación de la evidencia que viene de analizar la realidad de ajuste fino del universo.

Argumento Humniano en contra del origen naturalista de la vida

   El siguiente argumento es de mi autoría propia. Puede ser que alguien lo haya pensado primero que yo, los créditos serian de él, pero hasta ahora no lo he leído. Lo importante no es la autoría, sino lo que se puede hacer con él.

   David Hume posee un argumento famoso en contra de los milagros (única objeción en contra de ellos). El se basa para decir lo que dice en que es más probable y la experiencia nos lleva a concluir que no pueden ocurrir hechos que no son comunes para nuestra experiencia. Así, Hume argumenta que tenemos razones de dudar de que alguien resucita de entre los muertos, pues nuestra experiencia nos dice que los muertos no resucitan, pues estamos más acostumbrado a ver que no, que sí.

Hume dice:

Un milagro es la violación de las leyes de la naturaleza; y como una experiencia firme e inalterable ha establecido estas leyes, la prueba en contra de un milagro por la misma naturaleza es tan completa como se pueda imaginar que cualquier argumento de la experiencia lo sea. ¿Por qué es más que probable que todos los hombres han de morir, que el plomo no puede, de suyo, mantenerse suspendido en el aire; que el fuego consume la madera y se extingue con agua, si no resulta que se ha encontrado que estos hechos son acordes a las leyes de la naturaleza, y se requiere una violación de estas leyes o, en otras palabras, un milagro para evitarlos? Nada se estima que sea un milagro si ocurre dentro del curso normal de la naturaleza. No es ningún milagro que un hombre en aparentemente buen estado de salud muera repentinamente, pues aquella clase de muerte, aunque más infrecuente que cualquier otra, de todas formas ha sido frecuentemente observada. Pero es un milagro que un hombre muerto vuelva a la vida, pues esto no se ha observado en ningún país o época. Ha de haber, por tanto, una experiencia uniforme contra todo acontecimiento milagroso, pues, de lo contrario, tal acontecimiento no merecería ese nombre. Y como una experiencia uniforme equivale a una prueba, aquí hay una prueba directa y completa, derivada de la naturaleza del hecho, en contra de la existencia de cualquier milagro; ni puede destruirse aquella prueba, ni el milagro hacerse creíble, sino por una prueba contraria que sea superior.

La simple consecuencia es (y trátase de una máxima general digna de nuestra atención) «que ningún testimonio es suficiente para establecer un milagro, a no ser que el testimonio sea tal que su falsedad fuera más milagrosa que el hecho que intenta establecer; e incluso en este caso hay una destrucción mutua de argumentos, y el superior sólo nos da una seguridad adecuada al grado de fuerza que queda y después de deducir el inferior». Cuando alguien me dice que vio resucitar a un muerto, inmediatamente me pregunto si es más probable que esta persona engañe o sea engañada, o que el hecho que narra haya podido ocurrir realmente. Sopeso un milagro en contra de otro y, de acuerdo con la superioridad que encuentro, tomo mi decisión y siempre rechazo el milagro mayor. Si la falsedad de su testimonio fuera más milagrosa que el acontecimiento que relata, entonces, y no antes, puede pretender obtener para sí mi creencia y opinión.”

   Sobre este argumento tengo que decir que es falaz, pues comete la falacia de petición de principio. La única prueba que Hume ofrece para dudar de los milagros, es que supone que estos no pueden ocurrir. Ahora, aun así, hay personas que creen en él. Lo que voy a hacer es usar este mismo argumento para decir que dado que el origen naturalista de la vida es considerado un milagro, algo imposible y que nunca más se ha podido ver, el propio argumento de Hume dice que no debemos creer en un origen natural de la vida, lo que propone que alguien debió causal tal cosa, pero no algo natural.

Que esto es un problema que lo sabe aun la comunidad científica, lo demuestran publicaciones como:

"Más de 30 años de experimentación sobre el origen de la vida en los campos de la evolución química y molecular han conducido a una mejor percepción de la inmensidad del problema del origen de la vida en la Tierra y no a su solución. En la actualidad todos los debates sobre las principales teorías y experimentos en el campo terminan ya sea en punto muerto o en una confesión de ignorancia. Las nuevas líneas de pensamiento y la experimentación deben ser juzgados”.

(Dosis, Klaus, "El Origen de la Vida: más preguntas que respuestas", Interdisciplinario Science Reviews, Vol 13, No. 4, 1988, p.348.)

Sobre el tema, scientific american dice:

Tan recientemente como la mitad del siglo 20, muchos científicos pensaban que los primeros organismos fueron hechos de proteínas de auto-replicantes. Después de Francis Crick y James Watson demostraron que el ADN es la base para la transmisión genética en la década de 1950, muchos investigadores comenzaron a favorecer ácidos nucleicos más de las proteínas como las ur-moléculas. Pero había un problema importante en este escenario. El  ADN no puede hacer ni proteínas ni copias de sí mismo sin la ayuda de proteínas catalíticas llamadas enzimas. Este hecho convirtió el origen de la vida en un clásico rompecabezas gallina o el huevo: ¿Qué vino primero, proteínas o ADN?
ARN, compañera de ADN, sigue siendo la respuesta más popular a este enigma, tal como lo fue cuando escribí "En el principio..." Ciertas formas de ARN pueden actuar como sus propias enzimas, cortando a sí mismos en dos y empalmando a sí mismos juntos de nuevo. Si el ARN podría actuar como una enzima, entonces podría ser capaz de replicarse a sí mismo sin la ayuda de las proteínas. ARN podría servir como gen y el catalizador, huevo y pollo.

Pero la hipótesis del "mundo de ARN" sigue siendo problemática. ARN y sus componentes son difíciles de sintetizar bajo el mejor de los casos, en un laboratorio, y mucho menos en condiciones prebióticas plausibles. Una vez que el ARN se sintetiza, se puede hacer nuevas copias de sí mismo sólo con una gran cantidad de producto químico coaxing. El científico Overbye señala que "incluso si el ARN aparecía de forma natural, las probabilidades de que iba a suceder en la secuencia correcta para impulsar la evolución darwiniana parece pequeña."

El mundo de ARN es tan desalentador que algunos científicos frustrados están recurriendo a mucho más -literalmente- especulaciónes. La revelación más sorprendente en el artículo de Overbye es que los científicos han resucitado una propuesta una vez que flotaba por Crick. Insatisfecho con las teorías convencionales de comienzo de la vida, Crick conjeturó que los extranjeros llegaron a la Tierra en una nave espacial y sembró las semillas de la vida aquí hace millones de años. Esta noción se llama panspermia dirigida. En versiones menos dramáticos de la panspermia, microbios llegaron a nuestro planeta a través de asteroides, cometas o meteoritos, o la deriva hacia abajo como confeti.

   Todo esto, junto con más afirmaciones de científicos que no saben cómo explicar esto, a lo que han llamado milagro, según el argumento de Hume, no puede ser posible, pues los milagros no lo son. Además, estamos acostumbrado a ver que la vida viene de la vida y no de la no vida. Es decir, que todo lo que Hume sobre eventos poco usuales, en este caso, es un argumento en contra de el origen natural de la vida. De esta manera, es imposible un origen natural de la vida, tuvo que provenir de la vida. Y esta vida debe ser un Dios autoexistente.

   Usted puede encontrar debilidades en este argumento, es correcto. El mismo argumento de Hume para los milagros es defectuoso, yo solo uso esta versión en contra del origen naturalista de la vida, para demostrar que esta explicación no es real, eso si Hume en su argumento tendría razón. Si acepto como valido a Hume en contra de los milagros, con su argumento, debo aceptar esta versión también. ¡Qué paradoja amigo ateo!

Conclusión

Concluyo de forma breve haciendo mención de que en 3 partes mostramos argumentos que claman por la existencia de un Dios para explicar de forma mejor, un sin número de hechos. Esto solo demuestra que es más probable que Dios exista a que no.
Ahora está en manos del ateo refutar estos argumentos para decir que Dios no existe.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Probando que Dios existe: Argumentos del tipo Ontológico en Favor de la Existencia de Dios


Por: Carlos E. Rodríguez / Colaborador laplumadelescriba



¡Dios nos continúe bendiciendo!

   Hoy continuamos con nuestra serie de 3 partes, siendo esta la segunda parte. La semana pasada argumentamos que es más probable que Dios exista debido a la evidencia que nos dieron los argumentos cosmológicos. En esta oportunidad, vamos a ver la evidencia que nos provee los argumentos ontológicos.

   Los argumentos que entran en esta categoría, son aquellos que se basan en la ontología, que es la rama de la filosofía que estudia el ser como el ser. La ontología quiere saber qué tipo de ser o entidad, es la que explica ciertas cosas o fenómenos. Así, si hacemos un estudio ontológico de la verdad, la ontología nos permitirá saber que es la verdad, no como la conocemos, sino que es y qué tipo de ser debe ser para responder muchas realidades que sabemos sobre ella. En el caso de los argumentos a favor de Dios, vamos a postular un sin número de hechos y vamos a ver qué tipo de ser o ente es la mejor explicación de estos hechos. Un ejemplo de esto es el argumento ontológico de la razón. Con este argumento, luego de saber, como dice el filósofo ateo Daniel Dennett, que el cerebro está dividido en muchas partes para realizar operaciones, pero que nosotros estamos consciente de que hay una unidad en todas estas operaciones, pues podemos unirlas, a pesar de que el cerebro no lo hace; luego de saber que el yo es perpetuo en el tiempo y no cambia como nuestra química lo hace cada 5 minutos; y luego de saber que estamos consciente de nosotros mismos, cuando buscamos a un ente que de razón de estas cosas, y ya sabemos que no puede ser el cerebro, concluimos que es una mente inmaterial. De esta manera es que funcionan los argumentos ontológicos: “buscando un ser que explique un sin número de hechos”.

   En este escrito, voy a usar solo 2 argumentos: “el argumento moral, en base a la ontología moral, y el argumento ontológico modal.

Argumento moral

   El argumento moral a favor de la existencia de Dios, sobre la base de la ontología moral, busca encontrar que tipo de fundamento metaético debe tener la moral, para explicar los valores y deberes morales objetivos. Cuando hablo de valores, hablo de las cosas que son buenas o malas. Cuando hablo de deberes, hablo de lo que es correcto e incorrecto. 
Hablamos de objetivo, en el sentido de que no es según nuestro gusto o criterio, sino que esta fuera de nosotros, y es así y seguirá siendo aun si no estamos de acuerdo. Así, cuando hablamos de valores y deberes morales objetivos, hablamos de estos valores y deberes que existen y descubrimos, no inventamos, y son verdad aun creamos en ellos o no. De esta manera, puedo decir que es objetivamente malo torturar bebes, aun si el mundo cree que no es malo. Esto son los valores y deberes morales objetivos, y necesitan un ser que explique el porqué de ellos ser así, necesitan un fundamento que explique su existencia.

El argumento moral dice de la siguiente manera:

1.       Si Dios no existe, no existen los valores y deberes morales objetivos.
2.      Los valores y deberes morales objetivos existen.
3.      Por lo tanto, Dios existe.

Ahora, note que el argumento no presenta a Dios como fundamento de la moral objetiva, pero esto se deduce de la premisa 1, y en su defensa.

Premisa 1: “Si Dios no existe, no existen los valores y deberes morales objetivos”.

¿Por qué Dios debe existir para que existan los valores y deberes morales objetivos? Lo curioso de esto, es que esto se puede explicar por las declaraciones de ateos que han reconocido este hecho, vemos:

·         Paul Kurtz, en Forbidden Fruit (Prometeo, 1988), p.65 dice: "La pregunta central acerca de los principios morales y éticos se refiere a su fundamento ontológico, si no resultan ni derivan de Dios ni están anclados en algún fundamento trascendente, son puramente efímero."

·         Julian Baggini, en ateísmouna introducción muy corta (Oxford University Press, 2003), pp.41-51 dice: "Si no hay una autoridad moral única [es decir, no hay Dios] tenemos que crear en los valores de un sentido de nosotros mismos... [y] eso significa que las afirmaciones morales no son verdaderas o falsas ... que pueden estar en desacuerdo conmigo, pero no puedo decir que he hecho un error de hecho". 

·         Richard Dawkins en "Función de Utilidad de Dios ', la revista Scientific American, noviembre de 1995, p.85 dice: "El universo que observamos tiene precisamente las propiedades que esperaríamos que tuviera, en el fondo, sin diseño, sin fines [es decir, no hay Dios], ningún mal, nada es bueno, nada más que indiferencia despiadada ". 

·         Richard Dawkins en El espejismo de Dios (London: Bantam Press, 2006), p.232 reconoce que: "Es muy difícil defender la moral absolutista por motivos distintos de los religiosos". 

Es decir, que los ateos tradicionales han reconocido que sin un fundamento trascendental para anclar la moral ontológica, es imposible explicar esta realidad. Pero, ¿Por qué esto? ¿Cuáles son los hechos que hace que hasta los ateos afirmen esto? Mencionaremos 4 hechos que mostraran la razón de concluir de esta manera:

1.       Hecho 1: La prescripción moral

   Se suele hablar de la ley moral como parecida a las leyes físicas de la naturaleza. Las leyes de la naturaleza describen, pero no prescriben. La ley de gravedad no nos hace sentir culpables cuando actuamos como si esta no existiera. Las leyes morales, al contrario, nos hacen sentir que lo bueno y correcto hay que hacerlo, y no se puede dejar de hacerlo. Esto solo tiene sentido si se da 2 condiciones: “una persona que recibe órdenes de otra persona”. Por esta razón, debe haber 2 personas involucradas en este asunto: “uno que da la ley y otro que la recibe”. Lo contrario a esto sería ilógico, pues nadie se siente comprometido con la gravedad o las cosas inanimadas.

2.      Hecho 2: La obligación moral

   Lo curioso de este hecho es que nos sentimos moralmente obligados solo a las personas, no a las cosas inanimadas. Esta obligación moral debe venir de un ser personal, y no de algo inanimado, no personal.

3.      Hecho 3: Los ideales morales

   Puede usted concebir o imaginar que es la justicia o el amor, sin asociarlo a una persona? No, ¿verdad? Los valores y deberes morales están ligados a un ser personal, y el hecho de que no se puede concebir estos valores y deberes sin personas, es de afirmar que existen fundamentados en un ser trascendente a la humanidad.

4.      Hecho 4: La culpa moral

   Es ilógico imaginar una culpa moral, debido a leyes impersonales. Esto solo tiene sentidos si estas leyes están fundadas en un ser personal.

   Estos 4 hechos muestran como no puede existir una moral objetiva si Dios no existe. Un ser personal que trasciende el cosmos es necesario para explicar estos 4 hechos.

Premisa 2: “Los valores y deberes morales objetivos existen”.

   Me preocupa cuando leo a personas negando la objetividad  moral, y afirmando un relativismo moral. Ahora, lo que estas personas no saben, es que afirman la objetividad moral ¡cuando exigen tolerancia a todos los sistemas morales relativos! Esto muestra lo irracional de su afirmación y muestra que no pueden escapar al hecho de que la moral es objetiva.

   El ateo Peter Cueva sostiene en Humanismo (Oxford: OneWorld, 2009), pag.146, que: “…los argumentos escépticos pueden ser llevados en contra de nuestra creencia de que la muerte de los inocentes es moralmente incorrecto, estamos más seguros de que el asesinato es moralmente incorrecto que el argumento... Torturar a un niño inocente por el puro gusto de hacerlo es moralmente incorrecto. Punto y aparte”.

   Ahora, si usted se siente cómodo siendo un relativista moral, sepa algo más, hay 7 cosas que usted nunca podrá hacer como un relativista moral:

1)     No pueden acusar a otros de hacer el mal.
2)     No pueden quejarse del problema del mal.
3)     No pueden culpar o alabar a alguien.
4)     No pueden decir que algo es justo o injusto.
5)     No puede ser personas que una mejor moral.
6)     No pueden mantener discusiones morales significativas.
7)     No pueden promover la tolerancia.

   Para un defensa más profunda de esta premisa, y la respuesta a sus objeciones, lea mi artículo sobre esto en mi blog personal.

Conclusión: “Dios existe”.

   El argumento concluye que si existe esta objetividad moral, y se demuestra que no puede existir sin Dios como fundamento, entonces Dios debe de existir. Por esto considero que este argumento es uno de los más sólidos y de fácil manejo para cualquier persona. Para refutar el argumento, solo hay que demostrar que la moral no es objetiva y que no necesita a Dios como fundamento.

Argumento ontológico modal

   Este argumento casi no es usado en debates sobre la existencia de Dios porque se pierde mucho más tiempo explicando este solo argumento, que el necesario para el debate. Este pertenece a la familia de argumentos del tipo ontológico, y se apoya en la lógica modal. El argumento es como sigue:

1) Es posible que un ser máximamente grande exista.
2) Si es posible que un ser máximamente grande exista, entonces un ser máximamente grande existe en un mundo posible.
3) Si un ser máximamente grande existe en algún mundo posible, entonces existe en todo mundo posible.
4) Si un ser máximamente grande existe en todo mundo posible, entonces existe en el mundo real.
5) Si un ser máximamente existe en el mundo real, entonces un ser máximamente grande existe.
6) Por lo tanto, un ser máximamente grande existe.

   Ahora, sucede algo. Todas las premisas a partir de la 1, se siguen solo por simple regla de lógica modal, y no hay que justificarlas. La única premisa que hay que defender es la 1.
Cuando hablamos de mundos posibles, estamos hablando de realidades que pueden existir como que no pueden existir. Es decir, puede que exista una realidad donde Hitler es un jugador famoso de soccer, pero esto solo es posible y no debe ser así de forma necesaria. Cuando decimos que Dios existe de forma necesaria, decimos que no hay realidad posible en la que él no este.

Premisa 1: “Es posible que un ser máximamente grande exista”.

   Antes de, citare a Craig sobre una diferencia entre posibilidad epistémica y posibilidad metafísica. Dr. Craig dice sobre la diferencia que existe entre ambos: “Al tratar este tema, es crucial que distingamos claramente entre posibilidad metafísica y posibilidad meramente epistémica. La primera concierne a lo que es realmente posible, y la segunda se refiere a lo que es consistente con lo que sabemos. Resulta tentador decir: "¡Es posible que Dios exista, y es posible que no exista!" Pero esta afirmación sólo es cierta con respecto a la posibilidad epistémica: hasta donde sabemos, Dios puede existir o no existir. Por otro lado, si Dios es concebido como un ser máximamente grande, entonces su existencia es necesaria o imposible, independientemente de nuestra incertidumbre epistémica. Para ilustrar: alguna extraordinariamente difícil ecuación matemática puede estar más allá de nuestra comprensión, por lo que decimos que es posible que la ecuación sea verdadera y es posible que sea falsa. Pero con ello meramente confesamos nuestra incertidumbre epistémica en relación con el valor de verdad de la ecuación. Como una pieza de las matemáticas, la propia ecuación es ya sea necesariamente verdadera o necesariamente falsa. De la misma manera, la concebilidad epistémica de la premisa (1) (o su negación) no garantiza su posibilidad metafísica”.

    Luego de esto, pasamos a decir la razón de creer que esta premisa es verdadera. Resulta que si un ser máximamente grande existe, la existencia debería ser un atributo máximamente grande que deba poseer, y no la no existencia. De esta manera, ahora poseemos la posibilidad de que un ser  máximamente grande exista. Si existe esta sola posibilidad, entonces hay razón para pensar que si existe. En esta afirmación, sabemos a prima facie que es coherente creer en la existencia de un ser máximamente grande, pues sus términos descriptivos no son incoherentes. Hacemos saber al crítico que puede destruir la verdad de esta premisa solo demostrando que el término es incoherente, lo que invalida su existencia posible, como lo hace el concepto de “un soltero casado”.

   Existen propiedades que este ser máximamente grande posee, que lo hace máximamente grande. Lo que hace a este argumento sólido, es el hecho de que estas propiedades son objetivas y no caen en el subjetivismo. Es decir, que todos están de acuerdo de que un ser máximamente grande debe conocerlo todo, o ser todopoderoso. Estas y otras propiedades hacen a este ser grande, y son propiedades que no posee los otros seres que no son máximamente grande, incluyendo el hecho de existir de forma necesaria.

   Los detractores de este argumento, que muchas veces no lo entienden, usan parodias para demostrar que este argumento no demuestra la existencia de Dios. Se refugian en cosas absurdas para demostrar que se puede afirmar la existencia de cualquier ser imaginario. ¿Son validas las críticas? No. Las criticas solo muestran lo mal que se entiende el argumento. Se habla de la posible existencia de un ser máximamente grande que posee atributo que lo hacen ser máximamente grande. Luego, siguiendo la lógica modal, se sigue que debe existir en todos los mundos posibles, incluyendo el mundo real. De esta manera se concluye que debe existir ese ser. Los críticos dice: “se puede usar el mismo argumento usando islas máximamente grande, y por eso, estas no existen en la realidad”. El problema con estas parodias es que las islas máximamente grandes no pueden ser concebidas, pues para unos tal vez posea más palmeras que para otros. Tal vez para algunos posea más cocos o piñas coladas que para otros. El simple hecho de no poder concebir de forma objetiva esta isla máximamente grande, muestra lo difícil de que pueda existir a priori.

   Hagamos algo mas difícil, digamos que se puede concebir esta isla de forma objetiva, ¿demuestra esto que los críticos tienen razón? No, pues una isla es un ser contingente, y sabemos a posteriori que las cosas materiales no existen necesariamente, sino que necesitan de otras cosas para existir. Solo un ser necesario personal puede existir de forma necesaria en todos los mundos posibles. Las islas no son seres personales, como los leones, nomos, duendes y todo posible candidato que se puede inventar el crítico.

   Este procedimiento que se ha realizado, es una defensa a priori (no empírica) de la premisa 1. Si el crítico objeta que no existe forma a posteriori (de forma empírica) de saber si esta premisa se puede garantizar, y por lo tanto hay que descartarla, le hacemos saber que existe una garantía a posteriori. Resulta que es necesaria la existencia de este ser máximamente grande, y esto lo afirmamos en base a los argumentos ya expuestos, como el cosmológico kalaam y el de Leibniz. Estos, en base a posteriori, son garantía de que si existe un ser máximamente grande, sin dejar fuera el anterior: “el argumento moral”. Todas estas pruebas a posteriori, son garantía empírica de la existencia de un ser máximamente grande.
De esta manera concluimos que la existencia necesaria seria un atributo máximamente grande para un ser tal, por lo tanto su existencia es innegable.

Conclusión

   Estos argumentos, que buscan un Ser que explique un sin número de hechos, demuestran que es más probable que Dios exista, a que no exista. Hasta ahora tenemos 4 razones para pensar que existe. El ateo solo debe refutar estas razones.


¡Hasta la próxima!