sábado, 20 de diciembre de 2014

Quienes eran los Escribas?



Por: DOMINGO RODRIGUEZ / laplumadelescriba

      “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”. Mt.23:2-3

     Durante nuestra vida cristiana hemos escuchado muchas veces hablar de los enfrentamiento de Jesús con los Escribas, Fariseos, Saduceos, etc. Y puede que en nuestra mente se nos forme la imagen de que estos en sentido general estos siempre fueron perversos y realmente no conocían a Dios. Que eran religiosos recalcitrantes y legalistas, o puede ser que pensemos que todo el que profesaba estas corrientes religiosas no merecían la salvación. Si estos son nuestros pensamientos, es posible que estemos equivocados y es necesario que profundicemos un poco más en la Biblia, donde de seguro encontraremos las respuestas.
     Ni todos los Fariseos eran hipócritas, ni todos los Escribas eran legalistas ortodoxos. La Biblia nos habla de algunos fariseos que creyeron en Jesús (Jn.3:1; Jn.12:42; Hch.15:5). Por igual, los Escribas, que no eran un grupo religioso, sino que eran los doctores o intérpretes de la Ley (Mt.22:35, Luc.10:25), y esto podían ser parte de sectas como los  Fariseos, Saduceos o de los Sacerdotes.
     Pero quienes eran realmente los Escribas? Cuál era su función en los tiempos a.C. y d.C? Siempre fueron legalistas y distorsionadores de las Escrituras? Vamos analizar estas preguntas a la luz de la Biblia y los que nos dice la historia para tener una idea.

Un poco de Historia:
     En hebreo, el Escriba es el sófer. Primitivamente era aquel que escribía las cartas, séfarim (2 Sam 11:14-15), después los libros (Dt 9:9 ss.; Ex 24:7), los salmos (Ps 45:1). Escribían con tinta sobre papiro y sobre los ostraca; llevaban sus instrumentos atados a la cintura (Ez 9:2.3.11). Como en Egipto, los Escribas fueron influyentes en las cortes de Judá y de Israel: en tiempo de David lo fue Sérayah (2 Sam 8:17; 20,25), 'Élihoref y 'Ahiyyah en la época de Salomón (1 Rey. 4:3); después otros (2 Rey. 12:11; 18,18; 22:3; 25,19; Esd. 4:8; 7:6). Son también elementos importantes en la constitución de las leyes (Dt. 16:18; 1:15), y en la transmisión de la historia, de la sabiduría y de la profecía.

     El tiempo del destierro babilónico (586 a.C) fue propicio para la formación de otra clase de Escribas, con una marcada nota religiosa. Después de la destrucción de las instituciones culturales, los exiliados comienzan a vivir más intensamente la religión y aparece, como punto de su preocupación por la Ley, la figura del «doctor de la Ley». El destierro fue además ocasión de un contacto prolongado y profundo con la civilización babilónica; p. ej., sufren la influencia en su calendario, y de la Kéneset que será más tarde la sinagoga, nombre de origen mesopotámico. Los Escribas de Babilonia eran especialistas de una escritura fascinante y practicaban el arte de escribir y la ciencia de las palabras. Tal hecho influye en los judíos, de modo que no es de extrañar que el sacerdote Esdras (v.), que es el Escriba por antonomasia (Esd. 7:6) lleve a Jerusalén la idea de crear un colegio para sacerdotes Escribas, según el modelo de los colegios sacerdotales de Babilonia.
      Así se comprende que la influencia de los Escribas aumente desde el tiempo de la primera restauración en la época persa a partir del 538 a.C. Mientras se restaura el Templo (v.) de Jerusalén, los judíos se dedican al trabajo de la edición de los antiguos oráculos de los profetas, de las antiguas leyes. Esdras al llegar a Jerusalén, con el título de Escriba, ex funcionario de la corte Persa, consolida el movimiento literario que termina en la edición de los libros sagrados del pueblo de Israel, tanto la Ley como los Profetas (Toráh). A partir del siglo V a. C. los Escribas contribuyen a la formación de la Edad de Oro de la historia de la literatura hebrea, tiempo importante para la comprensión de la formación e interpretación de los libros del A. T.
  
     Después de la desaparición de los profetas (año 400 a.C.), los Escribas se vuelven los maestros espirituales de los restauradores en su meditación de las antiguas Escrituras. Esdras fue el prototipo (Esd 7,6) y tiene sus seguidores en los sacerdotes levitas y los sabios (Esd 7,10.25; Neh 8,7).
Durante la época griega coincidente con el mandato de la dinastía seléucida, la función del Escriba es considerada como la más noble. Los Escribas se organizan en la sinagoga (1 Mach 2,42; 7,12 ss.) y, poco a poco, se dividen en las diversas tendencias del judaísmo como los saduceos, fariseos y esenios (F. Josefo, Ant. XIII, 71 ss.; V. QUMRÁN; JUDAÍSMO I, IA; y voces respectivas); principalmente estos últimos son los especialistas de la escritura. La función del Escriba es la investigación, la enseñanza basada en la Escritura (Hechos 22:3) y participan de la corte judicial (Mi 2:4; Hechos 4:5). Los fariseos, fundamentan su enseñanza en la exégesis del texto (midras) y en las tradiciones (Mt 15:2) de donde se originarán los géneros de la Halakah y la Haggadah. Los Escribas más conocidos son Hillel (v.) y Sammay (cerca 20 a. C.;    v.), Gamaliel (cerca 35 d. C.; v.), Yóhanan ben Zakkay (cerca 70 d. C.), Gamaliel II (90 d. C.).

     En el Nuevo Testamento. Con el nombre griego de grammateus el N. T. designa principalmente los Escribas del judaísmo, relacionados con los fariseos (Mt 5,20; 7,29;, 11,25; 23,13; 1 Cor 1,20) y con la perspectiva apologética (Mt 9,3; 12,38; 15,1; 16,21; Mc 2,16; 3,22; 14,2; Lc 6,7; Hch.6,12; 23,9). Constituían una clase social perfectamente definida en el cuerpo del pueblo judío y componían uno de los estamentos del Sanedrín.

En el Tiempo de Jesús:

     Para la época de Jesús, los Escribas (Que eran Fariseos o Saduceos) se habían convertidos en intérpretes legalistas de las Escrituras. Daban una gran importancia a los elementos ascéticos, mediante los cuales la nación estaba especialmente separada de los gentiles. En su formulación, la piedad quedaba reducida a un formalismo externo. Bajo ellos, la vida vino a ser una carga; ellos mismos intentaban evadir algunos de sus preceptos (Mat_23:16 y ss; Luc_11:46); mediante sus tradiciones, la Ley, en lugar de ser una ayuda en la vida moral y espiritual, vino a ser un instrumento para impedir el verdadero acceso a Dios (Luc_11:52). De ahí las severas denuncias del Señor contra ellos y contra los fariseos.
     Al ver la afirmación del Señor en Mateo 23:2-3: “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”. Se refiere a una silla en la sinagoga reservada para el maestro que enseñaba la ley de Moisés; la expresión significaba, por extensión, la autoridad oficial en cuanto a la interpretación tradicional de la Ley.
     Jesús sabía que ciertamente estos doctores de la Ley tenían la autoridad para enseñar, pero sus obras decían lo contrario a lo que enseñaban. Se confabularon muchas veces en contra del Señor, por asunto de interpretación de la Ley.

En Nuestro Tiempo:

     Para el tiempo que nos ha tocado vivir, un escriba es lo que viene siendo un teólogo o maestro de la Palabra de Dios. La Biblia advierte acerca de maestros que engañan a las ovejas y tergiversan la Verdad (2Ti.4:3, Stgo.3:1, 2Pe.2:1), procurando amontonar seguidores para sí mismo. Estos “maestros” estarán, así como los escribas y fariseos con Jesús, en contra de lo que practican la Sana Doctrina.
      Ahora bien, para aquellos como Esdras que era «escriba diligente de la ley», «escriba versado en los mandamientos de Jehová» (Esd.7:6) y que “había preparado su corazón para inquirir la Ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos” (Esd.7:10), para estos Dios tiene gran bendición y son estos los que llevarán a la Iglesia, con la ayuda del Espíritu Santo, al conocimiento de la Verdad en Jesucristo.
     Es de estos que el profeta Daniel dijo: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Dn.12:3).

     En Resumen, los escribas fueron de gran importancia para el pueblo de Israel en la antigüedad, especialmente en el tiempo de la Restauración (538 a.C) y en el tiempo entre el último profeta (Malaquías) y el tiempo de Jesucristo,  ya que fueron los que recopilaron y enseñaron las Escritura al pueblo.
     La mayoría se contaminaron con el legalismo y la política de aquellos tiempos (400 a.C. al 4 d.C.), por eso se desviaron y lo que enseñaban no lo practicaban. Claro, no todos fueron así y como vimos, muchos creyeron en Cristo y la enseñanza de los Apóstoles.
     Pero así como sucedió luego que los Apóstoles iban desapareciendo, hoy en día ocurre lo mismo, que muchos se hacen maestros y tergiversan las Escrituras acarreando maldición sobre ellos. Ahora bien, los que guarden la sana doctrina y la enseñen al pueblo en la Verdad, serán de gran estima para Dios.

Referencias:
1.-Gran Enciclopedia RIALP: 1991
2.-Diccionario Nuevo Testamento W.E. Vine:
3.-Notas de la Biblia  Reina Valera 1995.




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